domingo, 16 de noviembre de 2008

Retomar y el Proyecto Hombre.

Han pasado más de cuatro meses desde que deje mi última entrada en el blogg allá por julio. Por aquel entonces dije que volvería en septiembre y, no por embustero sino por perezoso más bien, he abandonado la escritura hasta hoy.
Pues si, ocurrió que, en un verano pletórico de nuevas experiencias, diversión, relax, el tiempo que me brindaba el verano, tan anhelado durante el resto del año, pasó o mas bien se esfumó si haber escrito nada desde julio.
Luego llegó septiembre y la vuelta a la rutina y la vuelta a anhelar ese tiempo que, cuando dispones de él no sabes en que invertirlo y simplemente lo dejas pasar, y cuando andas falto de él no dejas de imaginarte la cantidad de cosas que podrías hacer con él. El tiempo es para nosotros como un matrimonio de los de ni contigo ni sin ti.
Volviendo al tema inicial, y sin discurrir demasiado, quisiera contaros que las musas pasan de mí, y no las culpo. Más bien me culpo a mí porque Yo también he estado pasando de ellas y claro, no van a estar lamiéndome el culo como un perro que espera ansiosamente a que su dueño tenga un momento para sacarle al parque a jugar un rato con la pelota. Ellas se han largado. Se han largado y ya esta. Quien sabe si con otro hombre o con otra mujer o… ¡malditos celos! Las musas, tan orgullosas ellas, me abandonaron porque yo las abandone por otras cosas. Talvez dormir una o dos horas más, salir o simplemente por estar tirado en la playa.
Bien, es hoy, una estúpida tarde de domingo encerrado en mi cuarto estudiando cuando, entre tanto átomo y tanto mineral, entre tanta química y tanta geología, me ha venido a la mente la bella imagen de esos mechones de pelo meciéndose sobre la suave piel, y esas sinuosas curvas y sin darme cuenta he dicho en voz alta ¡Mierda!.
Y ahora aquí estoy, frente al ordenador sin parar de escribir. Como podéis ver no son frases bellas ni ocurrentes metáforas, solo estoy haciendo limpieza, sacando a fuera toda la mierda que se me había acumulado por no escribir. Y es que he llegado a una conclusión, escribir me limpia. Escribir para mí es asistir a una reunión de Proyecto Hombre en la que me limpio de toda la mierda que me reporta la vida.
Por eso voy a retomar la “buena senda” e intentar reconciliarme con las musas. Será duro, eso seguro. Me costará encontrarlas, pero me costará más todavía reconciliarme con ellas. Y más duro que todo eso será conseguir que lo nuestro vuelva a ser lo mismo.
Por hoy, es suficiente.
De momento les dejo esto, que escribí por junio del año pasado, pero que no había publicado todavía a modo de reclamo.
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Aún resuenan en mi oído
tus palabras de rechazo.
Aún las conservo en la mente:
“Un día odio y otro amo,
un día Electra y otro Penélope,
y no podrás soportarlo”.

Si, yo también lo he escuchado
en tu voz; un día viva,
melódica y armoniosa
como las cadencias de la música,
y otro triste y monótona.

Y también lo veo en tus ojos,
unos días brillan radiantes
otros están apagados,
distantes, evadiéndose
a mundos lejanos.

Pero fue tras estas palabras
tuyas, cuando,
sin pensarlo demasiado,
tarde poco en darme cuenta
de lo mucho que te quería,
y tras una visita de Erato
te compuse esta poesía.

Si te despiertas feliz,
seré el brillo de tu pupila.
Si te despiertas alegre,
seré tu sonrisa.
Si te despiertas triste,
intentaré alegrarte el día.
Si te despiertas melancólica,
traeré recuerdos de tu vida.
Si despiertas encerrada,
voy a abrirte una salida.
Si te despiertas sin ganas,
voy a ser tu sinfonía.
Y, si al despertar,
me dedicas una sonrisa,
ya tengo suficiente…
¡Todo un día de alegría!

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